MEDINA AZAHARA: LA CIUDAD BRILLANTE

El conjunto arqueológico de Medina Azahara es una auténtica joya que estuvo escondida desde que se abandonó en el siglo XI hasta que fue descubierta a principios del siglo XX. Se trata de uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de España y fue declarada Patrimonio de la Humanidad en julio de 2018, aunque desde 1923 tenía la declaración y protección de BIC (Bien de Interés Cultural).

Según la leyenda, Azahara (de ahí el nombre de la ciudad) era la concubina favorita del califa, Abd al-Rahmán III. Ella era de Granada y solía llorar porque no veía la sierra blanca, nevada, de su tierra. El califa le dijo “yo haré que nieve en Córdoba para ti” y así decide construir esta ciudad y plantar de almendros la sierra para que cuando florecieran (su flor es blanca) pareciese estar nevada y Azahara recordase aquello que tanto añoraba. Pero esto no es más que una leyenda, aunque para los románticos pensar que se trata de una ciudad construida por amor es maravilloso, la realidad es bien distinta.

En el año 929 el emir Abd al-Rahman III se autoproclamó califa adquiriendo así el máximo poder tanto religioso como político y militar del nuevo califato de Al-Ándalus. Con este califato se inicia la etapa de mayor esplendor de Al-Ándalus y es el momento en el que entra en juego la ciudad de Medina Azahara.

Madinat al-Zahra, la Ciudad Brillante para los musulmanes, fue una ciudad palatina mandada construir en el 936 por el primer califa de Al-Ándalus, Abd al-Rahman III, como parte de una estrategia política. Se concibe como símbolo del poder del califa y se convierte así en la nueva sede del gobierno y en residencia de Abd al-Rahman III, por lo que en esta ciudad se encontraba la administración civil y militar del nuevo Estado y tenía todo lo necesario para demostrar el poder y la supremacía del nuevo Califato Omeya frente al recién instaurado califato fatimí de Ifriqiya.

Salón Basilical

La antigua capital de Al-Ándalus se encuentra a unos 8km. de Córdoba y fue construida para ver y ser vista. Su ubicación no es fortuita sino que se trata de una ubicación muy bien estudiada para la defensa tanto del califa como de su heredero, Alhakam II, que vivía también en la nueva y esplendorosa ciudad. Por eso deciden ubicarla a los pies de Sierra Morena, así la propia Sierra servía como defensa natural por el norte mientras que a los pies, la propia disposición de la ciudad permitía la visibilidad de unos 15 km. a la redonda. Precisamente para facilitar la protección de la ciudad y sus habitantes y por la topografía del terreno, se construye en 3 terrazas. La primera terraza estaba dedicada exclusivamente al centro de poder y era donde se ubicaba la Dar al-Mulk (Vivienda del poder), es decir, la casa del califa. En la terraza intermedia se encontraba la administración y las viviendas de los funcionarios y, en la última terraza, la más baja, era donde vivía la gente del pueblo, los soldados y donde se situaban los baños, los jardines, el mercado y la mezquita.

Vista aérea del yacimiento

Las ciudades musulmanas se caracterizan por una estructura laberíntica e incluso caótica, sin embargo, el recinto de la ciudad de Madinat al-Zahra tiene un trazado rectangular casi perfecto (se deforma por la topografía en el lado septentrional) de 1515 metros este-oeste y 750 metros aprox norte-sur, con una superficie intramuros de 112 hectáreas.

La construcción de la ciudad a los pies de Sierra Morena generó una serie de infraestructuras hidráulicas y de abastecimiento para su construcción impresionantes: caminos, canteras, almunias, acueductos, puentes… que hoy en día se conservan como restos. De hecho, Medina Azahara estaba unida a Córdoba a través de tres vías que, mediante grandes puentes, como el de los Nogales que persiste hoy en día, salvaban pequeños arroyos.

Puente de los nogales

Toda la ciudad se construye con piedra arenisca procedente de las canteras locales de Santa Ana, al norte de Córdoba. También se utilizaron otros materiales como el mármol blanco, procedente de Portugal que se empleó en columnas, capiteles y el suelo de las estancias más ricas, y piedra violácea, también de procedencia local.

Por desgracia, todo este esplendor duró poco, 70 años para ser exactos.

Tras morir Abderramán III le sucedió su hijo Alhakam II y, tras la muerte de este, su hijo Hisham II. Pero este último no gobernó, pasó a un segundo (por no decir tercer o cuarto) plano, y el poder y el gobierno estarán bajo su “hayib” o primer ministro Almanzor. Al morir Almanzor en el 1002, los problemas de sucesión dieron lugar a una “fitna” o guerra civil en el 1010 hasta que se acaba con el califato y Al-Ándalus se divide, a partir del 1031, en pequeños reinos conocidos como los reinos de taifas. Fue durante esta fitna por el poder cuando se abandona Medina Azahara, comenzando así su deterioro. Después llegarán los almohades, islamistas ultraortodoxos que destruyeron todos los edificios importantes, entre los que se encontraba la ciudad califal. A todo esto hay que sumarle que con el paso de los siglos se usó la ciudad como cantera para construir nuevos edificios como el Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso y que posteriormente fue objetivo principal de los expoliadores. Una ciudad tan poderosa e impresionante como efímera que acabó siendo olvidada por completo.

Antes de que se iniciara el redescubrimiento y las excavaciones de la ciudad palatina, toda esa zona era conocida como Córdoba la Vieja, ya que en la Edad Media se pensaba que era el lugar donde se ubicó la primera Córdoba romana. Esto se pensaba por la cantidad de piezas arquitectónicas que se encontraban en la zona. En pleno Renacimiento, siglo XVI, los humanistas empezaron a discutir sobre el origen de esa Córdoba la Vieja pero será Pedro Díaz de Rivas, en el siglo XVII quien intuya el origen musulmán de esos restos y en el siglo XX tendrán lugar las primeras excavaciones oficiales. Actualmente, se sigue excavando para seguir descubriendo la ciudad y el Salón Rico de Abderramán III se encuentra en restauración.

Hasta hoy se ha excavado el 12% del yacimiento y poco menos de ese porcentaje es lo que podemos visitar, ¿Os imagináis todo lo que queda por descubrir? Mucho más de lo que conocemos hasta ahora.

Esto es lo que se puede contar de la impresionante Medina Azahara en un post, pero hay muchas cosas más que conocer de la que fue la perla de Al-Ándalus. Conoce toda su historia y todas sus estancias conmigo en una ruta privada para poder mantener todas las medidas de seguridad e higiene que tenemos que guardar en estos momentos. Si estás interesad@ contacta conmigo a través de mi correo.

Saludos.

Autor/a: Alba Mª Pino Molina

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