Historia y leyenda de la Cuesta del Bailío de Córdoba

Historia y leyenda de la Cuesta del Bailío de Córdoba

La Cuesta del Bailío de Córdoba es uno de los rincones con más encanto de nuestra ciudad. En origen era una de las comunicaciones que unían la Medina con la Axerquia, atravesando la muralla romana a través del arco o portillo de Corbacho.

Su aspecto actual se debe a la intervención, en 1943-1944, del arquitecto Víctor Escribano Ucelay encargado, entre otras cosas, de la intensa remodelación del Alcázar de los Reyes Cristianos. La intervención de la Cuesta del Bailío consistió, principalmente, en añadir la fuente neobarroca de granito negro y en convertir la cuesta en una escalera de 32 escalones, 31 de ellos decorados con el típico chino cordobés formando dibujos.

Su nombre proviene de la Casa del Bailío, situada en la parte alta de la misma y construida en 1530 con una preciosa fachada renacentista. Su dueño fue Pedro Núñez de Herrera, Gran Bailío de Lora. La denominación de «bailío» hacía referencia a un agente de la administración real o señorial de un territorio concreto, por eso se conoce como Casa del Bailío. La fachada de esta casa palaciega es considerada un ejemplo representativo de la arquitectura cordobesa del siglo XVI.

Una de las curiosidades de la Cuesta del Bailío son los nueve crucifijos de madera que se encuentran en la pared, al parecer, simbolizando un antiguo vía crucis del siglo XVIII tras la construcción del Cristo de los Faroles, a escasos metros del lugar. Además, en la parte alta de la cuesta hay un azulejo de la Virgen de los Dolores, por la que los cordobeses sienten una gran devoción. Tanto es así que, Manolete, uno de los cinco Califas del Toreo, rezaba ante dicho azulejo antes de cada corrida de toros.

Hoy en día, esta cuesta nos permite acceder a la Plaza de Capuchinos, donde se puede contemplar el famoso Cristo de los Faroles.

Como muchos de los rincones más bonitos y pintorescos de la ciudad, esta cuesta cuenta con una leyenda, la de la viuda negra de Córdoba. En los años 40 había una pareja enamorada, él de familia noble, ella de familia humilde. La familia del joven no aceptaba la relación y tras meses de amor en secreto ella quedó embarazada. En ese momento él la abandonó y se comprometió con una joven adinerada. La joven humilde, desconsolada y humillada juró venganza y, según la leyenda, hizo un escabroso trato con el mismísimo diablo. Una noche de luna llena, vestida completamente de negro, con su bebé de 15 meses en brazos y fuera de sí, paseaba por la calle Alfaros hasta que llegó a la casa donde el joven que la abandonó vivía con su reciente esposa. Mirando por la ventana vio como se cumplía su acuerdo con satanás, de repente el joven comenzó a toser, atragantado con la comida, y murió. Ella siguió su camino para cumplir con su parte del trato, el sacrificio de un alma pura. Subió la Cuesta y en la fuente de granito ahogó a su bebé. Cuando volvió en sí vio a su pequeño flotando en la fuente y no pudo soportarlo, salió corriendo pero tropezó y se partió el cuello. Desde entonces, algunos vecinos han afirmado haber visto, en las noches de luna llena y a altas horas de la noche, una mujer de negro que sin tocar el suelo va llorando de un sitio a otro.

Se dice que si una noche de luna llena un joven se acerca solo a la fuente aparece esta mujer e intenta ahogarlo. Incluso un vecino cuenta que a él le sucedió y que despertó al día siguiente tirado en el suelo tras haber perdido el conocimiento. Sea como fuere, mejor no comprobarlo ¿no crees?

Espero que hayas conocido, con este post, todos los secretos de este bonito lugar de Córdoba. Si tienes alguna duda o apunte escríbeme a mi correo y estaré encantada de leerte y contestarte. Y recuerda, si te ha gustado, compártelo en redes sociales. ¡Muchas gracias!

¡Saludos!

Autor/a: Alba Mª Pino Molina

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