A 15 km de Córdoba, en el llamado Desierto de Nuestra Señora de Belén, en plena Sierra Morena, se encuentra lo que popularmente se conoce como las Ermitas de Córdoba. Se trata de un conjunto formado por 14 ermitas que fueron habitadas por monjes ermitaños.
En el año 1703 el Ayuntamiento de Córdoba cede al hermano Francisco de Jesús los terrenos de la cumbre del Cerro de la Cárcel para que se trasladaran allí los ermitaños que vivían a los pies de la Sierra. En seis años se terminó la primera ermita considerada la Iglesia principal, dedicada a Nuestra Señora de Belén, y las otras 13, además de la cerca del Desierto de Belén.
Los ermitaños que habitaban en el lugar se dedicaban a realizar labores humanitarias y ofrecían comida a todos los necesitados que, cada día, llegaban al lugar después de subir a la montaña por un camino duro y complicado que recibe hoy el nombre de Cuesta de los Pobres.
Estuvieron habitadas durante 254 años, a excepción de los nueve años que duró la Desamortización de Mendizábal (1836-1845), hasta 1957 y, a partir de entonces, fueron regentadas por los Carmelitas Descalzos ya que los ermitaños se unen a esta orden.
Muchos fueron los hombres que en esos 254 años decidieron llevar una vida de silencio, soledad, oración, austeridad y penitencia en este lugar. Según el cronista Pedro de Madrazo, “Sus días los pasaban en completo silencio y sin apenas contacto entre ellos, salvo cuando asistían a la capilla, en misa y en el refectorio. Cada uno de ellos vivía en una ermita (también llamadas en este lugar celdillas) donde almorzaban y cenaban alimentos de su propia cosecha, en la que trabajaban unas cinco horas diarias. Vestían hábito y escapulario con capilla de paño pardo”.
Era, y es, un lugar espectacular con unas vistas privilegiadas, por lo que el obispo Pedro Antonio de Trevilla, en el siglo XIX, mandó construir un asiento de piedra, “el Sillón del Obispo”, desde el que se puede disfrutar de una de las vistas más espectaculares de la ciudad.
Como dato curioso, cada ermita tenía una campana que su ermitaño debía hacer sonar a las horas de la oración, después de que sonara la campana de la Iglesia. Al parecer, cada campana sonaba de manera diferente, pero los ermitaños sabían reconocer cada sonido e identificarlo con la ermita a la que correspondía. Este era el único modo de comunicación y era una manera de hacer saber que estaban ahí.
El 24 de octubre de 1929, Día de San Rafael, se inauguró una enorme estatua del Sagrado Corazón de Jesús realizada por Lorenzo Coullaut Valera y que quedó destrozada tras caerle un rayo en 1969. Justo antes de su reinauguración, tres años después y aunque parezca increíble, lo alcanzó otro rayo dejándolo sin cabeza. La actual estatua se inauguró finalmente el 4 de julio de 1986, habiendo instalado un pararrayos dos años antes. Hoy en día cuenta con una iluminación magnífica que hace que sea el único punto visible de la Sierra desde la ciudad.
Si las visitas encontrarás en tu recorrido una pequeña hornacina, protegida con un cristal y una reja, en la que hay una calavera y justo debajo una inscripción:
“Como te ves, yo me vi;
como me ves, te verás;
todo para en esto, aquí!
Piénsalo y no pecarás”.
La Asociación de los Amigos de las Ermitas son los encargados del mantenimiento, restauración y conservación tanto de las Ermitas como del Desierto de Nuestra Señora de Belén. Hoy se pueden visitar y pasar unos días viviendo como aquellos ermitaños rodeados de una naturaleza impresionante y un ambiente que invita a la meditación y a la reflexión.
Cada año, en abril, se celebra en el lugar la conocida como Fiesta de las Habas, una romería dedicada a Nuestra Señora de Belén. Empieza con una misa y, tras esta, se realiza el reparto de habas en cazuela, una manera de homenajear la labor humanitaria de aquellos monjes ermitaños que habitaron en las Ermitas y que repartían un plato de comida a los más necesitados. Esta romería está organizada por la Asociación Amigos de las Ermitas, cada ración vale 2€ y lo recaudado se destina a labores de mantenimiento y restauración de las Ermitas.
Espero que hayas conocido, con este post, la historia y los secretos de este lugar tan peculiar de Córdoba. Si tienes alguna duda o apunte escríbeme a mi correo y estaré encantada de leerte y contestarte. Y recuerda, si te ha gustado, compártelo. ¡Muchas gracias!
¡Saludos!
Autor/a: Alba Mª Pino Molina
Fotografías: propias y cordoba24.info