¿Sabías que en un pasado no muy lejano se comercializaba con la nieve en Córdoba? Sí, sí, en Córdoba, donde no cae un copo de nieve desde hace años y cuando lo hace apenas cuaja.
La Pequeña Edad de Hielo fue un periodo que tuvo lugar entre los siglos XIV y XIX en el que nada tenían que ver las temperaturas de entonces con las que tenemos hoy en día. De hecho, los expertos la han llamado así porque se caracterizó por tener unas temperaturas muy bajas, con inviernos muy fríos, que hicieron que nevara constantemente en lugares como Córdoba, con una sierra magnífica para almacenar nieve.
Durante el siglo XVIII se construyeron pozos en los que eran numerosos los trabajadores necesarios para el llenado del mismo, pues debían hacerlo en tiempo récord, antes de que esta se derritiera. Una vez que el pozo se iba llenando, los operarios prensaban la nieve y creaban capas compactas de un metro que separaban unas de otras con vegetación que hacía de aislante. La nieve se convertía en hielo y podía conservarse durante largos periodos de tiempo para luego venderlo.
La necesidad de nieve y de hielo para conservar tanto alimentos como bebidas frescas hizo que se crearan numerosos puestos de trabajo para las faenas de almacenamiento de nieve, el transporte y su distribución. Además, aparecieron los neveros, que eran los trabajadores especializados. El hielo se transportaba en cántaros de barro que se protegían con helechos y para evitar que se derritiera se transportaban de noche. Esto ocurría durante todo el año, aunque cuando más comercio había era en la época de más calor, de mayo a octubre.
En Santa María de Trassierra, una barriada cordobesa situada en plena Sierra Morena, a unos 15 km de la capital se encuentra el Cerro de San Cristóbal y, en este, el llamado Pozo de la Nieve, una nevera natural.
Este pozo fue construido en 1823 por D. Juan Rubio, quien consiguió el monopolio del comercio de la nieve en Córdoba. El pozo cuenta con una entrada de planta cuadrada con doble muro que sirve como cámara aislante y un depósito subterráneo con forma troncocónica de unos 10 metros de profundidad.
En su interior se conservan algunas inscripciones que revelan algunos datos: “Se llenó el pozo el día 7 de enero al mediodía. 1864. Rafael”.
Todo este comercio fue muy importante, pero con los avances tecnológicos estaba condenado a desaparecer. Así lo hizo, al instalarse en Córdoba la primera fábrica de hielo artificial en 1867.
El Pozo de la Nieve del barrio de Santa María de Trassierra cuenta con una ruta circular del mismo nombre con 330 m. considerada una de las principales rutas de senderismo de nuestra ciudad, con un entorno natural fascinante e imprescindible para todo aquel que guste de hacer senderismo rodeado de vegetación y animales, aunque debes saber que lo que destaca en la zona son los hongos, por lo que es un lugar realmente interesante para los amantes de la micología. Hay también dos senderos más por los que caminar y disfrutar del entorno: el del Olivar y el del Monte Mediterráneo.
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Espero que con este post hayas conocido esta curiosa y desconocida historia y este lugar tan peculiar. Si necesitas más información o tienes alguna duda o apunte escríbeme a mi correo y estaré encantada de leerte y contestarte.
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Autor/a: Alba Mª Pino Molina
Bibliografía:
Pizarro, Guadalupe. Nuevos datos sobre el comercio de nieve en Córdoba, Anales de Arqueología Cordobesa 16 (2005).
Imagen principal. Explanada y entrada. (Fuente: notas cordobesas).