El Palacio de Viana es uno de los lugares con más encanto que tenemos en Córdoba, y no es solo porque se pueda visitar el interior de un palacio tan espectacular y bonito como este, sino que además puedes pasear por sus doce patios y su jardín, cargados de flores y rincones de una belleza infinita.
Este palacio fue construido en el siglo XVI, sobre las casas que fueron propiedad de Miguel Ruiz, siendo este del primer señor de Villaseca, D. Gómez de Figueroa y Córdoba.
Sin embargo, no siempre ha tenido el aspecto que hoy en día tiene, sino que han sido sus diferentes propietarios los que, con el paso del tiempo, han ido engrandeciendo el edificio. El IX marqués de Villaseca, D. Juan Bautista Cabrera y Bernuy, murió sin descendencia, por lo que el edificio pasó a ser propiedad de su mujer, Doña María del Carmen Pérez de Barradas y Bernuy, quien años más tarde se casó con D. Teobaldo de Saavedra a quien en 1875 Alfonso XII otorgó el título de Primer Marqués de Viana. Su nieto murió sin descendencia en 1980 por lo que su viuda decidió vender el palacio al Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, hoy en día Fundación Cajasur.
El palacio fue convertido en un maravilloso museo cuyas estancias se distribuyen en torno a un hermosísimo jardín y 12 patios.
En cuanto a la evolución arquitectónica del edificio, podemos dividirla en cuatro etapas:
Etapa 1 (1492-1704). La casa medieval originaria es transformada en palacio renacentista y se construyen el patio de Recibo y el de las Rejas.
Etapa 2 (1704-1788). En este momento se producen las grandes transformaciones del palacio. Se crean las dependencias para albergar el espectacular Archivo Histórico de Viana, una auténtica joya. Se remodela el Patio de la Madama y se construye el Patio Barroco del Archivo.
Etapa 3 (1788-1871). Se incorporan las casas colindantes, propiedad de los condes de Torres Cabrera por lo que se duplica su extensión, incorporando los espacios que ocupan hoy el jardín y los Patios de la Alberca, el Pozo, los Jardineros, la Capilla y la Cancela.
Etapa 4 (1871-1980). D. José Saavedra, Primer Marqués de Viana, es quien da el primer impulso para convertir el palacio en una casa-museo por lo que adquirió una gran colección de azulejos, cuero, etc. Murió joven y su hijo murió sin descendencia, así que su viuda, la encargada de decorar los patios con restos arqueológicos y objetos decorativos, vendió el palacio.
La Caja Provincial de Córdoba reacondicionó el lugar y lo abrió al público en 1981. Fue declarado, en 1981, Monumento Histórico Artístico Nacional y, en 1983, Jardín Histórico Artístico.
En su interior destacan la portada, la escalera principal y el impresionante artesonado mudéjar que la cubre, el Patio de Recibo, obras manieristas del siglo XVI, sus salones, colecciones del patrimonio familiar entre las que se encuentran pinturas, relojes, tapices, armas, mobiliario y porcelana de la Compañía de Indias.
Pero sin duda, los verdaderos protagonistas del palacio son sus 12 patios y su jardín que ocupan unos 4000 metros cuadrados de los entorno a 6500 que tiene el conjunto del palacio. Patios cordobeses, cada uno con personalidad propia y completamente diferente al anterior, plagados de flores, fuentes, piezas arqueológicas y una fascinante azulejería que hacen de cada patio un lugar único en cuanto a decoración, frescor y olor.
Es difícil destacar un patio sobre otro pero, personalmente, creo que el patio más pequeñito y singular, el conocido como Patio de los Gatos, tiene un encanto especial además de ser el patio más antiguo del que se tiene constancia en toda la ciudad.
Espero que con este post hayas conocido este edificio tan singular y bonito de Córdoba que no puedes perderte si vienes a la ciudad. Si necesitas más información o tienes alguna duda o apunte escríbeme a mi correo y estaré encantada de leerte y contestarte.
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Autor/a: Alba Mª Pino Molina